martes, 13 de agosto de 2013

Staycations, vacaciones en casa

Ilustración de Sam Brewster /
Fuente: sambrewster.com

Desde que empezó la crisis económica, el término staycation marca tendencia en la redefinición de los periodos vacacionales en tiempos de recesión. Una tendencia que, como muchas otras, llega desde el otro lado del Atlántico y define el periodo de tiempo en el que un individuo o una familia se quedan en casa durante las vacaciones y participa en actividades de ocio cercanas a su domicilio[1]. Así lo expresa este neologismo anglosajón compuesto por las palabras "stay" (quedarse) y "vacation" (vacaciones), cuyo origen se fecha en torno al año 2005, pero que alcanzó la popularidad en Estados Unidos a partir de 2007 con el estallido de la crisis financiera y poco más tarde, al igual que el crash económico, llegó a Europa.

Bien por voluntad propia y en pos del ahorro, bien por obligación ante la falta de liquidez, son muchos los que en los últimos años están optando por esta modalidad vacacional, que dota de un toque trendy al hecho de no irse de vacaciones, reconvirtiendo a los que se quedan en casa en "staycationers".

Para la mayoría, el hecho de que no suene el despertador a primera hora de la mañana es motivo más que suficiente para celebrar el periodo vacacional, pese a que éste no incluya una escapada lejos de casa y de los paisajes familiares de nuestra ciudad. En este caso, podemos tener una inyección extra de optimismo si tenemos en cuenta algunos de los beneficios de las staycations. De entrada, son unas vacaciones menos costosas y exentas del estrés que casi siempre acompaña al hecho de viajar (hacer las maletas, horas perdidas en un atasco, retraso en los aeropuertos, pérdidas de equipaje, etc). Además, implicándote en el ocio de tu ciudad mientras te tomas unos días de descanso, ayudas a la economía local.

"El arte del descanso es tan importante 
como el arte de trabajar"
(John Steinbeck)

Fuente: guestofaguest.com
En el lado opuesto, hay varios inconvenientes que el staycationer debe evitar. Al estar en casa, cerca del trabajo, se puede cometer el error de darse una vuelta por la oficina o que tu jefe crea que al no marcharte (¡no se lo digas!) te tiene a su disposición ante cualquier eventualidad. Del mismo modo, se corre el riesgo de estar pendiente del móvil y del correo electrónico, por lo que la tan ansiada desconexión de la rutina diaria nunca llega. Y finalmente, hay que luchar contra ese sentimiento de insatisfacción de no haberse ido de vacaciones y haberse dejado arrastrar por la monotonía del hogar y de tu ciudad.

Para evitar este último escenario es necesario mentalizarse y tener muy presentes que estar y disfrutar de las vacaciones no siempre es sinónimo de viajar y alejarse unos cientos de kilómetros de casa. Lo fundamental es que se produzca un cambio en la rutina que te permita descansar y recargar las baterías para afrontar la vuelta al día a día. Y ello se puede conseguir tanto en casa como en cualquier otro sitio. El objetivo es pues crear tiempo de calidad, divertirse y relajarse. Y para ello empezamos igual que lo haríamos con un viaje, "planificando" las staycations. Marcamos en el calendario el inicio y el final de nuestro periodo vacacional, preparamos una lista de las actividades que queremos realizar y fijamos un presupuesto -sí un presupuesto- que nos permita disfrutar de los días de descanso sin poner en peligro nuestro afán de ahorro.

Fuente: img.tesco.com

Hay tantas formas de plantear las staycations como perfiles de staycationers. Hace unas semanas, ya os planteamos algunas propuestas de actividades para realizar con los niños durante el verano, tanto en casa como en la ciudad. Si sois una familia, podéis echar un vistazo a estas ideas e incorporarlas a vuestra agenda, pues muchas son aptas para pequeños y mayores. Navegando por la red también podéis encontrar propuestas para unas staycations en pareja, solos o con amigos. Por nuestra parte, y a modo de guía, os dejamos algunas pistas para disfrutar de unas vacaciones en casa.

Ante todo, desconecta. En este mundo hiperconectado de tabletas y smartphones apenas tenemos un momento de respiro para escuchar nuestros propios pensamientos sin que un emoticono, la notificación de un correo o la alerta del "wassap" desvíen nuestra atención. Estar de vacaciones significa ante todo desconectar, así que colgad el cartel de "no estoy" en las redes sociales, cerrad por unos días el buzón de correo, limitad el acceso a Internet e incluso descansad de los informativos y los boletines de noticias. Que nada ni nadie perturbe vuestro descanso, porque el hecho de que os quedéis en casa no quiere decir que estéis localizables. ¡Liberaos del control de las nuevas tecnologías!

"El ser humano feliz es aquel que siendo rey 
o campesino encuentra la paz en su hogar"
(Johann Wolfgang Goethe)

La casa al día. Podéis aprovechar parte de estos días de descanso (ojo, parte) para dar un toque veraniego a la decoración de la casa, organizar armarios o estanterías o hacer esos pequeños arreglos que posponéis durante el resto del año por falta de tiempo. Ahora bien, todo en su justa medida. La desconexión de la rutina implica también la desconexión de las tareas domésticas. De lo contrario, pasaréis las vacaciones poniendo lavadoras, pasando la aspiradora o yendo al "super" a hacer la compra.

Fuente: thestatenislandfamily.com
Aprende algo nuevo (por gusto). Y es que no es lo mismo hacer algo por obligación que hacerlo por gusto. Un curso de cocina, iniciarse en el do it yourself (hazlo tú mismo) de las manualidades, asistir a un seminario de verano a través de Internet, perfeccionar nuestro estilo en la piscina, asistir a clases de baile, y así un largo etcétera.

Day-tripper. Otro término anglosajón para definir al típico excursionista. Preparad una lista de los lugares que os gustaría visitar cerca de vuestra ciudad, y que no disten más de 60 kilómetros. Estas "miniexcursiones" os permitirán viajar sin tener que asumir los gastos de alojamiento a la vez que conocéis y descubrís espacios cercanos. Museos y monumentos locales, gastronomía típica, contacto con la naturaleza, encantos urbanísticos... y de vuelta a casa para dormir.

Como los niños. Ya hemos adelantado que muchas de las actividades que planteamos para los peques de la casa en julio, son aptas también para los adultos. Actividades al aire libre en los parques de la ciudad, subir al monte a contemplar la lluvia de estrellas, explorar vuestra propia ciudad cual turistas, hacer senderismo, ir al cine de verano, implicaros en la puesta en marcha de un jardín o de un huerto urbano, entre otras. Múltiples opciones para llenar un tiempo de ocio que se estira y se estira cuando estamos de vacaciones.

"Las verdaderas vacaciones no son viajes de 
descubrimiento, sino un ritual de tranquilidad"
(Andrew P. Adams)

"Conforme la staycation avanza, ésta es
bastante increíble, ¿verdad?" /
Fuente: wordsandtoons.com
Date un capricho. Sí, ya sabemos que la razón de ser de las staycations es ahorrar y evitar gastos extraordinarios, y por eso hemos fijado previamente un presupuesto para nuestro descanso en la ciudad. Aún así, reservad parte de esas cuentas a daros un capricho, como ir al último restaurante de moda, por ejemplo.

Y ante todo, relájate. Está extendida la creencia de que para aprovechar bien las vacaciones hay que llenar de actividades y estímulos cada segundo de las mismas. Es un error frecuente que acaba derivando en la manida frase: "Necesito unas vacaciones de mis vacaciones". En vacaciones hay tiempo para todo, así que aprovechad para alargar la siesta, perderos durante horas en ese libro que aún no había caído en vuestras manos por falta de tiempo, montando un spa en casa para una sesión de relax o pasando una tarde en el sofá revisitando vuestras películas favoritas. Y el móvil, lejos, muy lejos[*].

mrg



[*] Las citas destacadas están extraídas del reportaje "Vacaciones en casa", publicado en El País Semanal el 25 de julio de 2010. 

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