martes, 13 de noviembre de 2012

El armario virtual

/ mrg


Cuando hace unos años mi amiga Alicia compró un piso de tres habitaciones, decidió que reservaría una de las estancias para hacer realidad el sueño de muchas de sus amigas (y también de algunos amigos): crear un enorme vestidor. Un espacio donde tener al alcance todo su vestuario, que eliminara de sus obligaciones las tediosas sesiones de cambio de armario y le evitara el agobio de no localizar una prenda concreta.

Alicia ha sido la inspiración para este artículo, aunque, como pronto descubriréis, este artículo no está precisamente dirigido a ella ni a quienes, como ella, cuentan con un enorme vestidor en sus vidas. Este post está dedicado al resto de los mortales, los que repartimos nuestra ropa entre minúsculos armarios, cómodas a rebosar, "bolsas ahorra espacio" y cajas con ruedas camufladas estratégicamente bajo la cama.

La falta de espacio para la ropa suele derivar en un problema de organización del armario y juntos representan una combinación letal a la hora de sacar rendimiento a nuestras prendas y planificar de forma lógica y eficiente la compra de ropa nueva. Repetir con frecuencia la frase "tengo mucha ropa pero siempre me pongo lo mismo", o comprar prendas repetidas -ay, ese cajón lleno de camisetas básicas blancas y negras-; son un claro reflejo del problema del que estamos hablando. Y la respuesta a ese problema es el armario virtual.

Yo puse en marcha esta experiencia hace cinco veranos. Cansada de revisar todas las cajas de zapatos cada vez que quería localizar unas sandalias, cogí mi cámara de fotos y fotografié cada uno de los pares. Imprimí las fotos en papel y pegué cada instantánea en la correspondiente caja. Paralelamente, creé una carpeta en mi ordenador con todas las imágenes para así tener una visión general de mi calzado y evitar compras innecesarias.

Con un poco de paciencia continué la operación con el resto de mi guardarropa hasta completar mi armario virtual clasificado por épocas del año, tipo de prenda, estilo, usos, colores y localización. Al poco tiempo comprobé que esta herramienta me había ayudado a planificar mejor mis compras, evitando gastos innecesarios; a crear un buen fondo de armario y a aportar una mayor variedad a mi vestuario, desterrando para siempre el uniforme diario.

En su momento opté por crear el armario virtual de forma rudimentaria creando de carpetas en mi ordenador, pero hoy día existen programas informáticos que optimizan el resultado y otorgan un toque profesional a esta tarea doméstica. Uno de los más recomendados es HomyFads Clothing Organizer, que se descarga en el ordenador y funciona como una base de datos en la que se puede almacenar las imágenes de las prendas, definir sus propiedades y efectuar búsquedas instantáneas a partir de las etiquetas predefinidas por el propio usuario.

Otra posibilidad son los armarios online, como Closet Couture, que permite subir las fotos de tu ropa y también de la que te gustaría comprar, probarla sobre un maniquí virtual y crear diferentes combinaciones y conjuntos. En la misma línea funciona el armario virtual de la revista Marie Claire, formato pionero en España, que además ofrece la opción de pedir y ofrecer consejos sobre moda.  

Y si lo que se quiere es llevar el armario a todas partes, la solución está en las aplicaciones para smartphone. Un recurso especialmente útil cuando se sale de compras.

Los usuarios de Apple tienen a su disposición Touch Closet, que funciona como un armario online, y Pocket Closet, más parecido a un software para ordenador y con el que puedes compartir tus imágenes y estilismos con tus amigos mediante correo electrónico. Para Android, las opciones más populares (y gratuitas) son Personal Closet Lite y ClosetVirtual, de características muy similares a los anteriores programas. Por último, cabe destacar Dressapp, disponible en ambas plataformas y que se distingue tanto por su funcionalidad como por el diseño de su interfaz.

Con todos los recursos a nuestra disposición ya sólo queda coger la cámara, armarse de un poco de paciencia y empezar a clasificar. El ahorro de tiempo y, si se quiere, de dinero está garantizado. 
mrg 

1 comentario:

  1. Me enorgullece haberte servido de "inspiración".

    La única "pega" de tener un vestidor grande es que crees que el espacio es infinito y sigues y sigues y sigues comprando ropa... ;-)

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